Cuando se esta enamorado es tan común
querer que nuestro hijo lleve el nombre del padre, que sea Juan jr, o si es
niña que se llame como la mama. Al parecer sin un trasfondo que vaya mas allá,
sin embargo tiene su influencia.
En México y en Latinoamérica y
EUA es común evocar la primera imagen al decir Juan Gabriel del cantante mexicano,
que canta desde rancheras hasta baladas,
pero cuya inclinación sexual es
controversial, pocos niños por lo menos en México se llaman Juan Gabriel con
esa combinación pues genera burlas, chistes y por lo tanto afecta al niño.
Recordemos que el nombre nos da
identidad, la pregunta de cajo es y seguir siendo ¿Cómo te llamas? De manera
que esto nos hace tener una representación mental de quiénes somos y luego así
se le comunicarla al otro.
Sin embargo cuando mi papa tiene
el mismo nombre que yo, hace que mi referencia en un primer momento e incluso después
sea a Él, pero no solo es la idea que yo mismo me voy generando sino la
de las personas que conviven a mi alrededor, donde al nombrarme también hacen
las TIPICAS frases y también serás ingeniero como tu padre, mira igualito hasta
en los gestos, caray esto de los genes son el mismo reflejo padre e hijo.
Estos aspectos van tejiendo una
red de compromisos que de manera inconsciente se van adoptando pero de la misma
manera rechazando, pues no tienen la parte interna, propia, instintiva como
base, la esencia se pierde.
Mi nombre ya tiene una referencia
que incluso generan un trato hacia mi, de antemano los padres vamos proyectando
nuestros deseos y motivaciones en los hijos, inscribimos al niño o la niña en
las áreas q nosotros no incursionamos por falta de talento o falta de recursos,
les pedimos que se interesen en lo propio, eso es repetitivo en todas las
generaciones, olvidamos que nuestros hijos no son nuestros espejos ni
extensiones, pero además de lo anterior con el nombre del conyugue se le
relaciona mas con este.
De pronto nos damos cuenta que si
Alberto me hizo enojar Albertito también recibe el dialogo frio, nadie pondría el
nombre de alguien que odia a su hijo, pero si el que ama, pero la vida es
cambiante y no siempre el mismo nombre nos lleva a las misma reacciones, el
cerebro tiene relacionado todo, incluso así aprendemos mejor con cadenas de información
ligando.
La pregunta es ¿Por qué ligar a
tu hijo con alguien que de antemano ya influye? No hagamos de nuestro hijo un
mini yo, ni tratemos que el termine con algo que nosotros iniciamos, hay
nombres hermosos y variantes, que van a hacer que el niño le ponga su propia
esencia y vitalidad, no demos un nombre ya gastado por tabúes o por
referencias.
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