Todos tenemos una personalidad y un perfil que nos hace
aptos o buenos para ciertas cosas, que nos sirve y auxilia para el crecimiento
profesional o personal.
Sin embargo no todos sobresalen, cierto es que el mundo es
cada vez más competitivo, que las grandes ciudades tienen aumento de demanda y
disminución de oferta laboral, aun con ello, porque muchos se posicionan y
otros viven a la sombra.
Es importante darnos cuenta que muchas veces es porque hemos
confundido términos y con ello nos hemos limitado, en este post hablare de cómo
han puesto como negativo y deshumano ser ambicioso… pero
¿Qué es la ambición?
Según la real academia de la lengua es el Deseo ardiente de
conseguir poder, riquezas, dignidades o fama.
Lo cual en la definición no se considera ni bueno ni malo,
existen tres tipos de ambición.
- Saludable o normal
- Patológica
- Ausencia de la misma.
La primera promueve la acción, nos impulsa, ayuda en la
innovación, en el crecimiento y progreso, es ese deseo y pasión para conseguir
lo que se desea, respeta la ética y los limites, resultando saludable.
La patológica por el interés de conseguir lo que se quiere
se pasa por encima de otro, busca a través de ello sobresalir, compensando sus
sentimientos de inferioridad e inseguridad, su apetito se sitúa ya dentro de la
codicia y avaricia. Es una inclinación o deseo desordenado de placeres o de
posesione y un afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas
en muchos casos.
En la usencia de ambición, hay conformismo, una falta de
competitividad, las áreas laborales,
económicas y sociales se llevan sin expectativas de crecimiento, en una zona de confort, algunos por miedo a
fracasar otros por poca tolerancia a la frustración, tomando pocos riesgos.
Es importante que te conozcas, que sepas y precises que te
detiene o limita, cuáles son tus expectativas, cuales tus sueños, tus metas,
estas son saludables o desmesuradas.
También evalúa cuando cumples una meta, lo celebras, lo
disfrutas o pasas de una a otra, es importante disfrutar los logro, festejarlos
y también reconocer los errores.
Sin la sed de innovación, sin el deseo de progreso sin la
ambición por que esto suceda, no hubiera los avances logrados, sin embargo
cuando es patológica cuando gana la codicia se coloca el progreso del otro
lado, ocasionando caos, lucha de poder y deshumanización, la decisión es
personal, pero algo es seguro siempre podemos ser mejores siempre podemos dar
más.
Imagenes google.