Actualmente se lee mucho el concepto madurar, crecer y/o evolucionar, sin embargo nos quedamos en apenas lo superficial del mismo, en mostrar un buen juicio, ser sensatos o actuar como si lo fuéramos. Movemos nuestras vidas alrededor de las expectativas sociales, de lo que se espera que hagamos, entonces hacemos y decimos lo que culturalmente esta bien.
Fuese sencillo, si al hacerlo existiera una convicción, si esa madurez fuera realmente proyección de nuestro interior, sin embargo, no es sino una imagen que se quiebra y se torna confusa, cuando aparece una circunstancia o una crisis en nuestra vida.
Es aquí cuando olvidamos actuar maduros, decir lo que se espera o hacer lo que conviene, surge entonces nuestro lado obscuro, aquel ser irracional e impulsivo, pero no todas las personas tienen esta reacción ¿Qué diferencia a uno del otro?
La madurez va de la mano con la responsabilidad ,que es responder, aceptar y reconocer,
¿Qué? lo que fuese, acción, sentir o pensar, responsabilizarme de hacer, decir, actuar (o no hacerlo).
Más no comienza en el otro, sino con uno mismo, ¿cómo madurar cuando se niega lo que se siente? ocultando lo que soy. Si no me reconozco, no me acepto y no respondo a mis necesidades, como crecer y preparar algo que no se que existe, mucho menos en que situación se encuentra.
La cultura nos ha enseñado a responder con solo dos tintes en el sentir, "ESTAR BIEN o ESTAR MAL", no parece haber mas. No dejo de lado que los instintos básicos se encaminan hacia el placer o hacia la muerte, sin embargo, hay que entrar en contacto con el sentimiento, cuando expreso que estoy mal, el ¿como me siento?, quizás no hay una palabra exacta, pero ¿habrá mas de una, que se acerquen a la emoción que embarga?.
El decir !estoy mal!, es tan vago e inexacto que sirve como mecanismo de defensa, que evita que se haga contacto con lo que se siente y limita que se aprenda de ello,
Si en lugar de lo general, se usara estoy "descontento, aburrido, confundido, abatido, fatigado, desconcertado, asustado, ansioso, hostil, solo, celoso, enojado", me acercaría a mi sentir, lo reconocería, lo aceptaría y por lo tanto respondería acertadamente a ello, entonces llegaría la madurez, la respuesta de acuerdo a mi edad con los recursos de la misma.
Un niño que no brinca que no salta, que no juega y carece curiosidad por el mundo, quizás se vea bien portado, pero no usaríamos el termino "que maduro", pues no coincide con su etapa evolutiva su respuesta al en entorno no es de acuerdo a su edad.
Es cuando pregunto ¿cómo es que se pretende crecer sin sentir?,¿ porqué brincar el dolor y sus tonalidades?, ¿cómo querer saltarlo con la racionalización?, centrar la atención solo en la meta, dejando del lado el camino y la travesía en llegar, es justo la gama de emociones que tiene la vida, la que hace que llegue la madurez, la verdadera.
Que hace la diferencia entre una reacción asertiva y otra absurda,entre huir y negar los problemas, el enfrentarlos o solucionarlos, la que nos vuelve la empatía hacia el otro pues al reconocer mi humanidad y mi vulnerabilidad también reconozco la del otro.
Cuando se deja de lado lo que se siente, cuando es negado, enterrado o incluso juzgado se puede caer en la somatización, SENTIR PARA CRECER, pero
Sino atiendes tus sentimientos entonces no habrá crecimiento,
no hay evolución dando paso a la insatisfacción,a la enfermedad pero sobre todo al estancamiento.