miércoles, 27 de junio de 2012

No me llames como tú.. déjame ser


Cuando se esta enamorado es tan común querer que nuestro hijo lleve el nombre del padre, que sea Juan jr, o si es niña que se llame como la mama. Al parecer sin un trasfondo que vaya mas allá, sin embargo tiene su influencia.

En México y en Latinoamérica y EUA es común evocar la primera imagen al decir Juan Gabriel del cantante mexicano, que canta  desde rancheras hasta baladas, pero cuya inclinación sexual  es controversial, pocos niños por lo menos en México se llaman Juan Gabriel con esa combinación pues genera burlas, chistes y por lo tanto afecta al niño.

Recordemos que el nombre nos da identidad, la pregunta de cajo es y seguir siendo ¿Cómo te llamas? De manera que esto nos hace tener una representación mental de quiénes somos y luego así se le comunicarla al otro.

Sin embargo cuando mi papa tiene el mismo nombre que yo, hace que mi referencia en un primer momento e incluso después sea a  Él, pero no solo es la idea que yo mismo me voy generando sino la de las personas que conviven a mi alrededor, donde al nombrarme también hacen las TIPICAS frases y también serás ingeniero como tu padre, mira igualito hasta en los gestos, caray esto de los genes son el mismo reflejo padre e hijo.

Estos aspectos van tejiendo una red de compromisos que de manera inconsciente se van adoptando pero de la misma manera rechazando, pues no tienen la parte interna, propia, instintiva como base, la esencia se pierde.  
Mi nombre ya tiene una referencia que incluso generan un trato hacia mi, de antemano los padres vamos proyectando nuestros deseos y motivaciones en los hijos, inscribimos al niño o la niña en las áreas q nosotros no incursionamos por falta de talento o falta de recursos, les pedimos que se interesen en lo propio, eso es repetitivo en todas las generaciones, olvidamos que nuestros hijos no son nuestros espejos ni extensiones, pero además de lo anterior con el nombre del conyugue se le relaciona mas con este.
De pronto nos damos cuenta que si Alberto me hizo enojar Albertito también recibe el dialogo frio, nadie pondría el nombre de alguien que odia a su hijo, pero si el que ama, pero la vida es cambiante y no siempre el mismo nombre nos lleva a las misma reacciones, el cerebro tiene relacionado todo, incluso así aprendemos mejor con cadenas de información ligando.

La pregunta es ¿Por qué ligar a tu hijo con alguien que de antemano ya influye? No hagamos de nuestro hijo un mini yo, ni tratemos que el termine con algo que nosotros iniciamos, hay nombres hermosos y variantes, que van a hacer que el niño le ponga su propia esencia y vitalidad, no demos un nombre ya gastado por tabúes o por referencias.

Al final así como lo nombramos será nombrado, la imagen que tenga de si mismo esa imagen será proyectada, dejémosle la libertad de elegir, de ser individuos sin un marco de referencia.


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